LITERATURA
BOLIVIANA Y QUECHUA
1 CONCEPTO
DE LITERATURA
El término literatura, designa un
acto peculiar de la comunicación humana y que podría definirse, según la
palabra latina que le da origen, como
arte de escribir, escritura, alfabeto, gramática, conjunto de obras literarias.
Pero litteratura deriva a su vez del latín litterae, ‘letras, caracteres,
escrito, obra literaria’. El término no apareció en todas las lenguas al mismo
tiempo: francés littérature (1120), italiano letteratura (siglo XIII), inglés
literature (1375), alemán Literatur, portugués y español literatura (siglo XV).
Lo que no se puede olvidar nunca es que es un arte cuyas manifestaciones son
las obras literarias, es decir, “creaciones artísticas expresadas con palabras,
aun cuando no se hayan escrito, sino propagado boca a boca”, según la
definición de Rafael Lapesa. Esta importante aclaración permite considerar como
literatura todas las obras anteriores a la invención de la imprenta y, sobre
todo, las que no se han transmitido por escrito sino oralmente, es decir, el
amplio cuerpo del folclore, los cuentos tradicionales, los chistes y hasta los
proverbios que corren en boca del pueblo.
Este término también se aplica al
conjunto de obras escritas de un país (literatura griega, argentina, boliviana,
quechua etc.); de una época (literatura medieval, literatura contemporánea); de
un estilo o movimiento (literatura romántica, surrealista, creacionista).
Cualquier texto escrito no es
literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra
literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable,
valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los
valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que
está y no está escrito con arte.
2. GÉNEROS LITERARIOS
En la producción literaria se
pueden observar los siguientes grandes géneros literarios: La narrativa, donde
están la novela en el cuento, la lírica, y el dramático.
·
EL
GENERO NARRATIVO: Es el que relata, cuenta, transmite, da referencias de hechos
sucesos y acontecimientos que ocurren en la vida humana con todos sus matices
en la inmensa posibilidad de relaciones que tiene el hombre en su entorno, con
sus semejantes, con el mundo. Narrar, es un acto de contar comunicar de manera
agradable, un suceso, una historia, algo que ha ocurrido o puede ocurrir.
En el género narrativo se puede observar
las siguientes formas: El cuento y la novela.
EL CUENTO es una narración breve, oral o
escrita, de un suceso real o imaginario.
Aparece en él un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un solo foco temático.
Su finalidad es provocar en el lector una
única respuesta emocional.
El cuento es una de las formas más
antiguas de literatura popular de transmisión oral.
El término se emplea a menudo para designar diversos tipos de narraciones breves, como el relato fantástico, el
cuento infantil o el cuento folclórico o tradicional.
LA NOVELA, por el contrario, presenta un
mayor número de personajes, más desarrollados
a través de distintas historias interrelacionadas, y evoca múltiples reacciones emocionales.
·
EL
GÉNERO LÍRICO: Es el género de mayor contenido subjetivo. Responde a vivencias
íntimas y personales del poeta. El mundo, la vida, la realidad exterior, son
percibidos por el escritor de una manera unida con una óptica diferente en
relación a ser común.
·
EL
GÉNERO DRAMÁTICO: Es uno de los más ricos en posibilidades comunicativas. En el
género dramático se integran y participan todos los géneros literarios. Drama
quiere decir acción. Por tanto, en este género las historias, las anécdotas,
los hechos, los sucesos, ocurren de verdad por que se representan con actores
en un escenario.
La palabra drama, por
alguna razón especial es asociada por el común de la gente a una situación
triste, conflictiva, difícil y problemática, confundiendo con la forma teatral
denominada como tragedia. La palabra teatro viene del griego y quiere decir:
Lugar para mirar, mirador, visión.
3 LITERATURA BOLIVIANA
La
Literatura boliviana puede dividirse en 3 grandes épocas: Época Precolonial,
que se ocupa de la literatura incásica; Época Colonial, que comienza en 1492 y
termina en 1825, que se subdivide en Literatura durante la Colonia y Literatura
de la guerra de la independencia y de principios de la República; y Época
Republicana, desde la independencia de 1825 hasta nuestros días.
·
ÉPOCA
PRECOLONIAL: De la literatura aymara sólo existen hermosas canciones y
milenarias leyendas orales. La literatura quechua es más conocida, teniendo
entre sus modalidades poesías, himnos religiosos y relatos heroicos. La Poesía
Lírica de los Quechuas iba acompañada de música, lo que equivale a decir que
era cantada.
EL JAYLLI Siendo el pueblo quechua fue muy
religioso, el jaylli fue su
himno sagrado, una principal preocupación de sus sacerdotes y de sus poetas iba
encaminada a rendir homenaje a los dioses, los "Jayllis al Sol" eran
los más numerosos, se le cantaba en las siembras, en la paz y en la guerra, en
la sequía y en la fiesta anual; le cantaban pidiéndole salud y felicidad para
el Inca y prosperidad para el Tawantinsuyo.
EL ARAWI era la forma poética más apreciada y
difundida Incario, creativo y estéticamente puro, arranca sus temas del
sentimiento más íntimo del poeta indígena, a quien también se le llamaba
"arawiku". Era una manera peculiar de la poesía amorosa, que también
podía ser de naturaleza triste , y tomaba distintas posiciones y denominaciones
de acuerdo con el tema: Juray-arawi era la canción del rencor doliente;
Sauhay-arawi era la de expiación; el Suma-arawi era de la belleza.
EL WAWAKI era un poema de sabor peculiar que se
cantaba en forma dialogada, donde el hombre se expresaba de esta forma, y la
mujer adoptaba una aparente posición defensiva.
EL TAKI es un verso cantado y era el que de
mayor amplitud gozaba, viene del verbo "takiy" que quiere decir
cantar, expresaba cualquier actitud del espíritu.
EL WAYÑU era la expresión lírica más completa del
quechua, ya que se expresaba en las tres formas artísticas: Música, poesía y
danza; hombre y mujer siempre unidos por las manos se entrelazaban al son de la
música mientras el dolor y el amor era la parte central de sus letras.
El drama incásico según algunos eruditos en folklore
señalan que durante el incario, las interpretaciones teatrales se efectuaban al
aire libre, buscando para ello los atrios de los templos y las plazas públicas.
Entre las numerosas piezas dramáticas conocidas en ese tiempo, se destacan: "Ollantay",
la muerte de Atahuallpa y el Uscapaucas.
·
ÉPOCA
COLONIAL: Los temas que primaban eran: La preocupación religiosa, la
especulación jurídica, y el legendario Potosí. Estas fueron las fuentes de la
escasa producción literaria durante el período colonial, sin excluir algunas
crónicas o relaciones históricas. En esta época de destacan los siguientes
cronistas:
Juan de Betanzos (c. 1510-1576), cronista español
del Perú. Probablemente llegó a los territorios que formarían el virreinato del
Perú con Francisco Pizarro, ya en 1531. Se vio inmerso en las guerras civiles
que tuvieron lugar entre los conquistadores españoles con motivo de la
aplicación, desde 1542, de las Leyes Nuevas. Participó inicialmente del lado
del encomendero Francisco de Carvajal, colaborador de Gonzalo Pizarro, y sirvió
de intérprete del segundo gobernador del Perú Cristóbal Vaca de Castro, dado su
conocimiento de la lengua quechua. Finalmente, se adhirió a la causa del
gobernador Pedro de La Gasca, quien en 1548 derrotó a Pizarro y Carvajal y le
concedió una encomienda. Se casó con una princesa inca, llamada por los
españoles Angelina, hija del que fuera soberano Huayna Cápac y, por tanto,
hermana de Atahualpa. Su ascendencia sobre la nobleza inca, debido a su matrimonio
y sus conocimientos lingüísticos, le facilitaron el estudio de la historia de
ese pueblo. Así mismo, fue mediador entre los españoles y los rebeldes incas de
Vilcabamba, en su calidad de intérprete (décadas de 1550 y de 1560). Su obra
Suma y narración de los incas supuso una destacada aportación al conocimiento
del periodo precolombino en el territorio peruano, con mucha información sobre
las costumbres propias del dominio inca, aunque no fue editada hasta 1880. En
1987, la historiadora española Mari Carmen Martín Rubio halló casualmente, en
un archivo de Mallorca (España), el manuscrito completo. Juan de Betanzos
falleció en Cuzco, en 1576, después de escribir vocabularios de la lengua
quechua e, incluso, traducir el Catecismo a dicho idioma.
Garcilaso de la Vega
(el Inca) (1539-1616), escritor y cronista peruano, uno de los mejores
prosistas del renacimiento hispánico. Su visión del Imperio de los incas es
fundamental en la historiografía colonial, y en ella brinda una imagen
armoniosa, artísticamente idealizada y emocionalmente intensa del mundo
precolombino y de los primeros años de la conquista.
Nació en Cuzco y era
hijo natural pero noble por ambas ramas: su padre fue el conquistador español
Sebastián Garcilaso de la Vega y Vargas, vinculado a ilustres familias, y su
madre la ñusta (princesa) inca Isabel Chimpo Ocllo, perteneciente a la corte
cuzqueña. Escuchó tradiciones y relatos de los tiempos del esplendor inca y
asistió a las primeras acciones de la conquista del Perú y las guerras civiles entre
los conquistadores; resumió esa visión del fin de una era y el comienzo de otra
muy distinta en una frase famosa: “Trocósenos el reinar en vasallaje”.
Sin derecho a usar el
nombre de su padre (llevaba el de Gómez Suárez de Figueroa), de naturaleza tímida
y reservada, la formación intelectual del Inca fue lenta, y tardía su
producción madura. Escribe su obra enteramente en España, adonde viajó, en
1560, con el propósito de reclamar el derecho a su nombre (entre sus
antepasados ilustres se encontraban el poeta Garcilaso de la Vega, Jorge
Manrique y el marqués de Santillana), lo que consiguió, y a él agregó
orgullosamente el apelativo Inca, por el que se le conoce. Se estableció en la
localidad cordobesa de Montilla (1561), ciudad en la que gozó de la protección
de sus parientes paternos, y luego en Córdoba (1589), donde se vinculó a los
círculos de humanistas españoles y se dedicó al estudio y la investigación que
le permitirían escribir sus crónicas. Se inició en la vida literaria en 1590,
con la notable traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo, a partir del
original italiano. Su primera crónica, La Florida del Inca (1605), epopeya en
prosa, nada tiene que ver con el Perú sino con la conquista de la península de
ese nombre (actualmente parte de Estados Unidos) por Hernando de Soto, pero
prueba las altas virtudes del Inca como prosista y narrador. Su obra máxima son
los Comentarios reales, cuya primera parte (1609) trata de la historia, cultura
e instituciones sociales del Imperio inca; en tanto que la segunda, titulada
Historia general del Perú (publicada póstumamente en 1617), se ocupa de la
conquista de esas tierras y de las guerras civiles. La crónica ofrece una
síntesis ejemplar de las dos principales culturas que configuran el Perú,
integradas dentro de una concepción providencialista de los procesos
históricos, que él presenta como una marcha desde los oscuros tiempos de
barbarie al advenimiento de la gran cultura europea moderna. Se le considera y
aprecia como excepcional y tardío representante de la prosa renacentista,
caracterizada por la mesura y el equilibrio entre la expresión y los
contenidos, así como por su sobria belleza formal.
El Inca Garcilazo de la Vega escribió la obra:
"Los Comentarios Reales", donde evoca a la raza indígena dominada por
el conquistador y destaca el amor y el orgullo como señas vitales de este
pueblo. Aparece la primera parte de esta notable obra en 1609, y la
segunda, en 1616.
Felipe Huamán Poma de
Ayala (c. 1535-c. 1617), cronista e historiador peruano, autor de una singular
obra sobre la sociedad colonial peruana.
Huamán Poma ('águila
tigre', en lengua quechua) de Ayala nació probablemente en San Cristóbal de
Suntolo (Perú) entre 1534 y 1535, y era descendiente de una noble familia inca
de Huánuco. Se crió con los españoles, por lo que se consideraba indio ladino.
Desterrado por el corregidor de Lucanas hacia el año 1594 o 1595, se dedicó a
recorrer durante varios años todo el país y a escribir su Nueva crónica y buen
gobierno, uno de los libros más originales de la historiografía mundial. En
esta obra, de 1.200 páginas y 400 dibujos, que terminó en 1615, poco antes de
su muerte, da la visión indígena del mundo andino y permite reconstruir con
todo detalle aspectos de la sociedad peruana después de la conquista, a la vez
que ilustra sobre la historia y genealogía de los incas. La obra, dedicada a
Felipe III y enviada a España, se extravió.
Tres siglos después,
en 1908, el investigador alemán Richard Pietschmann encontró el original en la
Biblioteca Real de Copenhague. En 1936 se publicó en París la primera y única
edición facsimilar. El cronista Huamán Poma de Ayala murió alrededor del año
1617 en Lima.
Nicolás Organz Sánchez
Vela fue autor de la "Historia de la
Villa Imperial de Potosí" y, su hijo Bartolomé Martínez y Vela fue
autor de "Los Anales de Potosí". Los "Los Anales de Potosí"
fueron publicados por primera vez en Paris por el biógrafo boliviano Vicente
Ballivián y Rojas. Estas obras son la biografía social, política, económica y romántica
de Potosí, habiendo sido utilizado el método de la cronología y teniendo por
única fuente la realidad.
La tradición a base de
anécdotas fecunda en la obra de los Vela está salpicada de humorismo, gracia e
ironía, llamando la atención y obteniendo un lugar prominente dentro de las
letras bolivianas.
También se destacaron
el Arzobispo Gaspar Villarroel quien escribió "Gobierno Eclesiástico y
Pontificio" y "La unión de los cuchillos". Carlos Inca,
quien nació en el Cuzco, y cuyo verdadero nombre era Calixto Carlos Bustamante,
desarrolló el género humorístico y satírico, la obra más destacada de él es:
"Lazarillo", que trata la historia de ciegos caminantes.
·
ÉPOCA
DE LA INDEPENDENCIA Y PRINCIPIOS DE LA REPÚBLICA: La Universidad de San
Francisco Javier fue el crisol de las ideas libertarias, los doctores y
estudiantes de la universidad discutían los principios revolucionarios, y a
pesar de las prohibiciones se formaron Clubes literarios e ideas políticas
sustentadas en los fundamentos de la Revolución Francesa.
Juan Wallpa Rimachi: Guerrillero y poeta quechua,
nació en Potosí en 1793 y murió a la edad de 20 años, en una de las batallas de
la Independencia en 1814, a las órdenes de su protectora y jefa Doña Juana
Azurduy de Padilla. La obra dedicada a este tema es "12 Poemas de
Wallparimachi", en la "Poesía Quechua" de Jesús Lara
(1974).
·
ÉPOCA
DE LA REPUBLICA: La literatura boliviana desde 1900 se el género literario que
floreció más sobre otros géneros. Se destaca la obra de José Manuel Cortez,
quien publicó "Ensayo sobre la Historia de Bolivia". Pero es Gabriel René
Moreno el representante de estos géneros, por la vocación de su vida
y la importancia de su obra.
La novela es el género de más tardía aparición en el
escenario literario boliviano. Los tres grandes poetas modernistas son: Ricardo
Jaimes Freyre, Reynolds y Franz Tamayo,
pero es la segunda Gesta Bárbara la que concentra estas manifestaciones: La
"Explosión de imágenes", la poesía social de tendencia minera o
campesina, obrera y de clase media.
Cronológicamente, la primera novela que se escribió
en Bolivia no la escribió un boliviano, sino un argentino: Bartolomé Mitre; se
trata de una novela breve y desmañada, más parecida a un cuento largo, y
titula:"Soledad".
En 1861 se escribió la primera novela, escrita por
un boliviano: "Los Misterios de Sucre", su autor fue Sebastián
Dalence.
Las principales obras que se ocupan de su desarrollo
son: "Historia de la Novela Boliviana" por Augusto Guzmán , "Historia
de la Literatura Boliviana" por Enrique Finot y
"Literatura Boliviana" por Fernando Diez de
Medina.
Es preciso señalar dos aspectos de la historia de
novela, de entonces, en Bolivia: la desigualdad de la obra de los autores y un
repetido afán de tratar temas ajenos al país.
En 1885 aparece la primera novela boliviana
inspirada en la guerra de la independencia del Alto Perú. Se trata de "Juan de
la Rosa", de Nataniel
Aguirre, que según Marcelino Menéndez y Pelayo: "Es la mejor
novela histórica hispano americana".
Alcides
Arguedas, que es considerado como el verdadero creador de la novela
boliviana, publicó "Pisagua"
(1903), "Wata Wara" (1904) y "Vida Criolla"
(1905). En 1919 apareció "Raza de Bronce", recia novela indigenista,
de la que Hugo Barbagelata dijo que es la base inicial del género indigenista
que tantos cultores iba a tener en América. Luego, Alcides
Arguedas escribió "Pueblo
Enfermo", libro que recibió muchas diferentes críticas.
Chirveches publicó seis novelas, de las que se
destacan: "La
Candidatura de Rojas" y El tema
de las minas bolivianas y la situación de los trabajadores del subsuelo es el
argumento central de la novela "En las
Tierras del Potosí" de Jaime Mendoza
, quien junto a Arguedas y Chirveches es uno de los principales representantes
de la novela realista boliviana.
Después de esta novela aparecieron otras:
"Aguas Estancadas" de Demetrio Canelas; "Intimas"
de Adela Zamudio; "Ante la Corte de Yawar Huacac" y "California
la Bella" de Abel Alarcón; "Cielo y Tierra" de José Revueltas,
"Wall Street y Hambre" de Tristán Marof; "Renovarse o
Morir" de Walter Carvajal; "El Cholo Portales" de Enrique Finot
y "El Pillo Oliver" de Ramírez Velarde.
La Guerra del Chaco (1932 - 1935) tuvo profunda
repercusión en la conciencia boliviana, tanto más que la que tuvieron las guerras
del Pacífico (1879) y del Acre (1900).
Las novelas cortas publicadas por Augusto
Céspedes en su obra "Sangre de Mestizos" reflejan de forma
cabal el impacto de la guerra del Chaco; en este libro se destaca la concisión
de su estilo y la habilidad de la construcción literaria,"es una creación
de excepción".
"Prisionero de Guerra" de Augusto
Guzmán es un buen libro donde se acentúa los datos autobiográficos; "Aluvión
de Fuego" de Oscar Cerruto
es de esta época quizá la novela mejor equilibrada y escrita. "Chaco"
de Luis Toro Ramallo es excelente en su forma y en el fondo fusiona la realidad
con la fantasía.
A partir de aquí se acentúa la tendencia
nacionalista en la novela boliviana, ejemplos de ello son: "Surumi",
"Yanacuna" y "Yahuarwinchij" de Jesús Lara.
"La Chaskañawi" (Ojos de Lucero) de Carlos
Medinaceli es, sin duda una de las mejores novelas costumbristas de
Bolivia; la obra es un testimonio de la vida provinciana del sur de Bolivia; su
contenido es amargo y contiene tintes autobiográficos y retazos de ironía, que
a veces, desciende al sarcasmo.
La novela histórica tiene un acertado cultivador en
Abel Alarcón, autor de "Era una vez...", "Historia Novelada de
Potosí", "El Precursor", novela de la vida del caudillo vicuña
José Alonso de Ibánez. Se destaca también José Enrique Viaña, autor de la
historia novelada de la Villa Imperial de Potosí, titulada "Cuando Vibraba
la Campana de Plata", los dos autores emplean en sus libros un castellano
arcaizante para dar sabor colonial a sus trabajos.
Respecto a Raúl Botelho,
sus obras: "Borrachera Verde", "Coca",
"Altiplano", "Vale un
Potosí", "El Tata Limachi" y "Tierra
Chúcara" son de tendencia social, su tema es el pueblo y los paisajes de
Bolivia.
No debemos olvidar a Antonio Paredes Candia, con sus
“Cuentos Tradicionales de Bolivia”, Leyendas y Tradiciones de Bolivia y una
infinidad de obras.
La literatura boliviana contiene un conjunto de las
obras literarias (narrativa, ensayo, poesía, teatro), desde las primeras
manifestaciones hasta los últimos años, producidas por escritores de Bolivia.