lunes, 7 de octubre de 2013

LITERATURA BOLIVIANA Y QUECHUA


1        CONCEPTO DE LITERATURA

El término literatura, designa un acto peculiar de la comunicación humana y que podría definirse, según la palabra latina que le da origen, como arte de escribir, escritura, alfabeto, gramática, conjunto de obras literarias. Pero litteratura deriva a su vez del latín litterae, ‘letras, caracteres, escrito, obra literaria’. El término no apareció en todas las lenguas al mismo tiempo: francés littérature (1120), italiano letteratura (siglo XIII), inglés literature (1375), alemán Literatur, portugués y español literatura (siglo XV). Lo que no se puede olvidar nunca es que es un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias, es decir, “creaciones artísticas expresadas con palabras, aun cuando no se hayan escrito, sino propagado boca a boca”, según la definición de Rafael Lapesa. Esta importante aclaración permite considerar como literatura todas las obras anteriores a la invención de la imprenta y, sobre todo, las que no se han transmitido por escrito sino oralmente, es decir, el amplio cuerpo del folclore, los cuentos tradicionales, los chistes y hasta los proverbios que corren en boca del pueblo.

Este término también se aplica al conjunto de obras escritas de un país (literatura griega, argentina, boliviana, quechua etc.); de una época (literatura medieval, literatura contemporánea); de un estilo o movimiento (literatura romántica, surrealista, creacionista).

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está y no está escrito con arte.

2.       GÉNEROS LITERARIOS

En la producción literaria se pueden observar los siguientes grandes géneros literarios: La narrativa, donde están la novela en el cuento, la lírica, y el dramático.

·        EL GENERO NARRATIVO: Es el que relata, cuenta, transmite, da referencias de hechos sucesos y acontecimientos que ocurren en la vida humana con todos sus matices en la inmensa posibilidad de relaciones que tiene el hombre en su entorno, con sus semejantes, con el mundo. Narrar, es un acto de contar comunicar de manera agradable, un suceso, una historia, algo que ha ocurrido o puede ocurrir.

      En el género narrativo se puede observar las siguientes formas: El cuento y la novela.

      EL CUENTO es una narración breve, oral o escrita, de un suceso real o imaginario. Aparece en él un reducido número de personajes que participan en     una sola acción con un solo foco temático. Su finalidad es provocar en el lector   una única respuesta emocional.

      El cuento es una de las formas más antiguas de literatura popular de transmisión       oral. El término se emplea a menudo para designar diversos tipos de narraciones       breves, como el relato fantástico, el cuento infantil o el cuento folclórico o        tradicional.
     
      LA NOVELA, por el contrario, presenta un mayor número de personajes, más desarrollados a través de distintas historias interrelacionadas, y evoca múltiples         reacciones emocionales.

·        EL GÉNERO LÍRICO: Es el género de mayor contenido subjetivo. Responde a vivencias íntimas y personales del poeta. El mundo, la vida, la realidad exterior, son percibidos por el escritor de una manera unida con una óptica diferente en relación a ser común.

·        EL GÉNERO DRAMÁTICO: Es uno de los más ricos en posibilidades comunicativas. En el género dramático se integran y participan todos los géneros literarios. Drama quiere decir acción. Por tanto, en este género las historias, las anécdotas, los hechos, los sucesos, ocurren de verdad por que se representan con actores en un escenario.

La palabra drama, por alguna razón especial es asociada por el común de la gente a una situación triste, conflictiva, difícil y problemática, confundiendo con la forma teatral denominada como tragedia. La palabra teatro viene del griego y quiere decir: Lugar para mirar, mirador, visión.

3        LITERATURA BOLIVIANA
La Literatura boliviana puede dividirse en 3 grandes épocas: Época Precolonial, que se ocupa de la literatura incásica; Época Colonial, que comienza en 1492 y termina en 1825, que se subdivide en Literatura durante la Colonia y Literatura de la guerra de la independencia y de principios de la República; y Época Republicana, desde la independencia de 1825 hasta nuestros días.
·        ÉPOCA PRECOLONIAL: De la literatura aymara sólo existen hermosas canciones y milenarias leyendas orales. La literatura quechua es más conocida, teniendo entre sus modalidades poesías, himnos religiosos y relatos heroicos. La Poesía Lírica de los Quechuas iba acompañada de música, lo que equivale a decir que era cantada.
EL JAYLLI Siendo el pueblo quechua fue muy religioso, el jaylli fue su himno sagrado, una principal preocupación de sus sacerdotes y de sus poetas iba encaminada a rendir homenaje a los dioses, los "Jayllis al Sol" eran los más numerosos, se le cantaba en las siembras, en la paz y en la guerra, en la sequía y en la fiesta anual; le cantaban pidiéndole salud y felicidad para el Inca y prosperidad para el Tawantinsuyo. 
EL ARAWI era la forma poética más apreciada y difundida Incario, creativo y estéticamente puro, arranca sus temas del sentimiento más íntimo del poeta indígena, a quien también se le llamaba "arawiku". Era una manera peculiar de la poesía amorosa, que también podía ser de naturaleza triste , y tomaba distintas posiciones y denominaciones de acuerdo con el tema: Juray-arawi era la canción del rencor doliente; Sauhay-arawi era la de expiación; el Suma-arawi era de la belleza.
EL WAWAKI era un poema de sabor peculiar que se cantaba en forma dialogada, donde el hombre se expresaba de esta forma, y la mujer adoptaba una aparente posición defensiva. 
EL TAKI es un verso cantado y era el que de mayor amplitud gozaba, viene del verbo "takiy" que quiere decir cantar, expresaba cualquier actitud del espíritu.
EL WAYÑU era la expresión lírica más completa del quechua, ya que se expresaba en las tres formas artísticas: Música, poesía y danza; hombre y mujer siempre unidos por las manos se entrelazaban al son de la música mientras el dolor y el amor era la parte central de sus letras.
El drama incásico según algunos eruditos en folklore señalan que durante el incario, las interpretaciones teatrales se efectuaban al aire libre, buscando para ello los atrios de los templos y las plazas públicas. Entre las numerosas piezas dramáticas conocidas en ese tiempo, se destacan: "Ollantay", la muerte de Atahuallpa y el Uscapaucas.
·        ÉPOCA COLONIAL: Los temas que primaban eran: La preocupación religiosa, la especulación jurídica, y el legendario Potosí. Estas fueron las fuentes de la escasa producción literaria durante el período colonial, sin excluir algunas crónicas o relaciones históricas. En esta época de destacan los siguientes cronistas:
Juan de Betanzos (c. 1510-1576), cronista español del Perú. Probablemente llegó a los territorios que formarían el virreinato del Perú con Francisco Pizarro, ya en 1531. Se vio inmerso en las guerras civiles que tuvieron lugar entre los conquistadores españoles con motivo de la aplicación, desde 1542, de las Leyes Nuevas. Participó inicialmente del lado del encomendero Francisco de Carvajal, colaborador de Gonzalo Pizarro, y sirvió de intérprete del segundo gobernador del Perú Cristóbal Vaca de Castro, dado su conocimiento de la lengua quechua. Finalmente, se adhirió a la causa del gobernador Pedro de La Gasca, quien en 1548 derrotó a Pizarro y Carvajal y le concedió una encomienda. Se casó con una princesa inca, llamada por los españoles Angelina, hija del que fuera soberano Huayna Cápac y, por tanto, hermana de Atahualpa. Su ascendencia sobre la nobleza inca, debido a su matrimonio y sus conocimientos lingüísticos, le facilitaron el estudio de la historia de ese pueblo. Así mismo, fue mediador entre los españoles y los rebeldes incas de Vilcabamba, en su calidad de intérprete (décadas de 1550 y de 1560). Su obra Suma y narración de los incas supuso una destacada aportación al conocimiento del periodo precolombino en el territorio peruano, con mucha información sobre las costumbres propias del dominio inca, aunque no fue editada hasta 1880. En 1987, la historiadora española Mari Carmen Martín Rubio halló casualmente, en un archivo de Mallorca (España), el manuscrito completo. Juan de Betanzos falleció en Cuzco, en 1576, después de escribir vocabularios de la lengua quechua e, incluso, traducir el Catecismo a dicho idioma.
Garcilaso de la Vega (el Inca) (1539-1616), escritor y cronista peruano, uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico. Su visión del Imperio de los incas es fundamental en la historiografía colonial, y en ella brinda una imagen armoniosa, artísticamente idealizada y emocionalmente intensa del mundo precolombino y de los primeros años de la conquista.

Nació en Cuzco y era hijo natural pero noble por ambas ramas: su padre fue el conquistador español Sebastián Garcilaso de la Vega y Vargas, vinculado a ilustres familias, y su madre la ñusta (princesa) inca Isabel Chimpo Ocllo, perteneciente a la corte cuzqueña. Escuchó tradiciones y relatos de los tiempos del esplendor inca y asistió a las primeras acciones de la conquista del Perú y las guerras civiles entre los conquistadores; resumió esa visión del fin de una era y el comienzo de otra muy distinta en una frase famosa: “Trocósenos el reinar en vasallaje”.

Sin derecho a usar el nombre de su padre (llevaba el de Gómez Suárez de Figueroa), de naturaleza tímida y reservada, la formación intelectual del Inca fue lenta, y tardía su producción madura. Escribe su obra enteramente en España, adonde viajó, en 1560, con el propósito de reclamar el derecho a su nombre (entre sus antepasados ilustres se encontraban el poeta Garcilaso de la Vega, Jorge Manrique y el marqués de Santillana), lo que consiguió, y a él agregó orgullosamente el apelativo Inca, por el que se le conoce. Se estableció en la localidad cordobesa de Montilla (1561), ciudad en la que gozó de la protección de sus parientes paternos, y luego en Córdoba (1589), donde se vinculó a los círculos de humanistas españoles y se dedicó al estudio y la investigación que le permitirían escribir sus crónicas. Se inició en la vida literaria en 1590, con la notable traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo, a partir del original italiano. Su primera crónica, La Florida del Inca (1605), epopeya en prosa, nada tiene que ver con el Perú sino con la conquista de la península de ese nombre (actualmente parte de Estados Unidos) por Hernando de Soto, pero prueba las altas virtudes del Inca como prosista y narrador. Su obra máxima son los Comentarios reales, cuya primera parte (1609) trata de la historia, cultura e instituciones sociales del Imperio inca; en tanto que la segunda, titulada Historia general del Perú (publicada póstumamente en 1617), se ocupa de la conquista de esas tierras y de las guerras civiles. La crónica ofrece una síntesis ejemplar de las dos principales culturas que configuran el Perú, integradas dentro de una concepción providencialista de los procesos históricos, que él presenta como una marcha desde los oscuros tiempos de barbarie al advenimiento de la gran cultura europea moderna. Se le considera y aprecia como excepcional y tardío representante de la prosa renacentista, caracterizada por la mesura y el equilibrio entre la expresión y los contenidos, así como por su sobria belleza formal.
El Inca Garcilazo de la Vega escribió la obra: "Los Comentarios Reales", donde evoca a la raza indígena dominada por el conquistador y destaca el amor y el orgullo como señas vitales de este pueblo. Aparece la primera parte de esta notable obra en 1609, y la segunda, en 1616.
Felipe Huamán Poma de Ayala (c. 1535-c. 1617), cronista e historiador peruano, autor de una singular obra sobre la sociedad colonial peruana.

Huamán Poma ('águila tigre', en lengua quechua) de Ayala nació probablemente en San Cristóbal de Suntolo (Perú) entre 1534 y 1535, y era descendiente de una noble familia inca de Huánuco. Se crió con los españoles, por lo que se consideraba indio ladino. Desterrado por el corregidor de Lucanas hacia el año 1594 o 1595, se dedicó a recorrer durante varios años todo el país y a escribir su Nueva crónica y buen gobierno, uno de los libros más originales de la historiografía mundial. En esta obra, de 1.200 páginas y 400 dibujos, que terminó en 1615, poco antes de su muerte, da la visión indígena del mundo andino y permite reconstruir con todo detalle aspectos de la sociedad peruana después de la conquista, a la vez que ilustra sobre la historia y genealogía de los incas. La obra, dedicada a Felipe III y enviada a España, se extravió.

Tres siglos después, en 1908, el investigador alemán Richard Pietschmann encontró el original en la Biblioteca Real de Copenhague. En 1936 se publicó en París la primera y única edición facsimilar. El cronista Huamán Poma de Ayala murió alrededor del año 1617 en Lima.

Nicolás Organz Sánchez Vela fue autor de la "Historia de la Villa Imperial de Potosí" y, su hijo Bartolomé Martínez y Vela fue autor de "Los Anales de Potosí". Los "Los Anales de Potosí" fueron publicados por primera vez en Paris por el biógrafo boliviano Vicente Ballivián y Rojas. Estas obras son la biografía social, política, económica y romántica de Potosí, habiendo sido utilizado el método de la cronología y teniendo por única fuente la realidad.

La tradición a base de anécdotas fecunda en la obra de los Vela está salpicada de humorismo, gracia e ironía, llamando la atención y obteniendo un lugar prominente dentro de las letras bolivianas.

También se destacaron el Arzobispo Gaspar Villarroel quien escribió "Gobierno Eclesiástico y Pontificio" y "La unión de los cuchillos".  Carlos Inca, quien nació en el Cuzco, y cuyo verdadero nombre era Calixto Carlos Bustamante, desarrolló el género humorístico y satírico, la obra más destacada de él es: "Lazarillo", que trata la historia de ciegos caminantes.
·        ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA Y PRINCIPIOS DE LA REPÚBLICA: La Universidad de San Francisco Javier fue el crisol de las ideas libertarias, los doctores y estudiantes de la universidad discutían los principios revolucionarios, y a pesar de las prohibiciones se formaron Clubes literarios e ideas políticas sustentadas en los fundamentos de la Revolución Francesa.
Juan Wallpa Rimachi: Guerrillero y poeta quechua, nació en Potosí en 1793 y murió a la edad de 20 años, en una de las batallas de la Independencia en 1814, a las órdenes de su protectora y jefa Doña Juana Azurduy de Padilla. La obra dedicada a este tema es "12 Poemas de Wallparimachi", en la "Poesía Quechua" de Jesús Lara (1974).
·        ÉPOCA DE LA REPUBLICA: La literatura boliviana desde 1900 se el género literario que floreció más sobre otros géneros. Se destaca la obra de José Manuel Cortez, quien publicó "Ensayo sobre la Historia de Bolivia". Pero es Gabriel René Moreno el representante de estos géneros, por la vocación de su vida y la importancia de su obra.
La novela es el género de más tardía aparición en el escenario literario boliviano. Los tres grandes poetas modernistas son: Ricardo Jaimes Freyre, Reynolds y Franz Tamayo, pero es la segunda Gesta Bárbara la que concentra estas manifestaciones: La "Explosión de imágenes", la poesía social de tendencia minera o campesina, obrera y de clase media.
Cronológicamente, la primera novela que se escribió en Bolivia no la escribió un boliviano, sino un argentino: Bartolomé Mitre; se trata de una novela breve y desmañada, más parecida a un cuento largo, y titula:"Soledad".
En 1861 se escribió la primera novela, escrita por un boliviano: "Los Misterios de Sucre", su autor fue Sebastián Dalence.
Las principales obras que se ocupan de su desarrollo son: "Historia de la Novela Boliviana" por Augusto Guzmán , "Historia de la Literatura Boliviana" por Enrique Finot y "Literatura Boliviana" por Fernando Diez de Medina.
Es preciso señalar dos aspectos de la historia de novela, de entonces, en Bolivia: la desigualdad de la obra de los autores y un repetido afán de tratar temas ajenos al país.
En 1885 aparece la primera novela boliviana inspirada en la guerra de la independencia del Alto Perú. Se trata de "Juan de la Rosa", de Nataniel Aguirre, que según Marcelino Menéndez y Pelayo: "Es la mejor novela histórica hispano americana".
Alcides Arguedas, que es considerado como el verdadero creador de la novela boliviana, publicó "Pisagua" (1903), "Wata Wara" (1904) y "Vida Criolla" (1905). En 1919 apareció "Raza de Bronce", recia novela indigenista, de la que Hugo Barbagelata dijo que es la base inicial del género indigenista que tantos cultores iba a tener en América. Luego, Alcides Arguedas escribió "Pueblo Enfermo", libro que recibió muchas diferentes críticas.
Chirveches publicó seis novelas, de las que se destacan: "La Candidatura de Rojas" y El tema de las minas bolivianas y la situación de los trabajadores del subsuelo es el argumento central de la novela "En las Tierras del Potosí" de Jaime Mendoza , quien junto a Arguedas y Chirveches es uno de los principales representantes de la novela realista boliviana.
Después de esta novela aparecieron otras: "Aguas Estancadas" de Demetrio Canelas; "Intimas" de Adela Zamudio; "Ante la Corte de Yawar Huacac" y "California la Bella" de Abel Alarcón; "Cielo y Tierra" de José Revueltas, "Wall Street y Hambre" de Tristán Marof; "Renovarse o Morir" de Walter Carvajal; "El Cholo Portales" de Enrique Finot y "El Pillo Oliver" de Ramírez Velarde.
La Guerra del Chaco (1932 - 1935) tuvo profunda repercusión en la conciencia boliviana, tanto más que la que tuvieron las guerras del Pacífico (1879) y del Acre (1900).
Las novelas cortas publicadas por Augusto Céspedes en su obra "Sangre de Mestizos" reflejan de forma cabal el impacto de la guerra del Chaco; en este libro se destaca la concisión de su estilo y la habilidad de la construcción literaria,"es una creación de excepción".
"Prisionero de Guerra" de Augusto Guzmán es un buen libro donde se acentúa los datos autobiográficos; "Aluvión de Fuego" de Oscar Cerruto es de esta época quizá la novela mejor equilibrada y escrita. "Chaco" de Luis Toro Ramallo es excelente en su forma y en el fondo fusiona la realidad con la fantasía.
A partir de aquí se acentúa la tendencia nacionalista en la novela boliviana, ejemplos de ello son: "Surumi", "Yanacuna" y "Yahuarwinchij" de Jesús Lara.
"La Chaskañawi" (Ojos de Lucero) de Carlos Medinaceli es, sin duda una de las mejores novelas costumbristas de Bolivia; la obra es un testimonio de la vida provinciana del sur de Bolivia; su contenido es amargo y contiene tintes autobiográficos y retazos de ironía, que a veces, desciende al sarcasmo.
La novela histórica tiene un acertado cultivador en Abel Alarcón, autor de "Era una vez...", "Historia Novelada de Potosí", "El Precursor", novela de la vida del caudillo vicuña José Alonso de Ibánez. Se destaca también José Enrique Viaña, autor de la historia novelada de la Villa Imperial de Potosí, titulada "Cuando Vibraba la Campana de Plata", los dos autores emplean en sus libros un castellano arcaizante para dar sabor colonial a sus trabajos.
Respecto a Raúl Botelho, sus obras: "Borrachera Verde", "Coca", "Altiplano", "Vale un Potosí", "El Tata Limachi" y "Tierra Chúcara" son de tendencia social, su tema es el pueblo y los paisajes de Bolivia.
No debemos olvidar a Antonio Paredes Candia, con sus “Cuentos Tradicionales de Bolivia”, Leyendas y Tradiciones de Bolivia y una infinidad de obras.
La literatura boliviana contiene un conjunto de las obras literarias (narrativa, ensayo, poesía, teatro), desde las primeras manifestaciones hasta los últimos años, producidas por escritores de Bolivia.